Cuentan que en el palermitano Grand Hostel Et des Palmes, Joe Bananas, capo de los Bonnano, organizó el primer encuentro entre mafiosos italianos y estadounidenses con Lucky Luciano a la cabeza. Hoy no hay habitaciones libres en el hotel. La Prensa lo ha tomado. Hay derbi siciliano: Palermo-Catania. Fratricida en el caso de los hermanos Tedesco.
Giovanni, el mayor, siempre quiso ser capitán del Palermo, pero su enclenque figura (1,70 y 68 kilos) le obligó a peregrinar para hacerse un nombre antes de recalar en Las Águilas. Reggina, Fiorentina, Foggia, Salernitana, Genoa, Perugia... En éste último coincidió con el coreano Ahn, que fue amenazado por su afición tras eliminar con un gol a Italia en el Mundial de 2002. Tedesco se encaró con los tifosi por defenderle: "Hizo su trabajo. Es un profesional. No todos podéis decir lo mismo". Giovanni es un hombre de honor.
Enfrente estará el camorrista Giacomo. El menor de los Tedesco también ha viajado: Nápoles, Salernitana, Cosenza, Reggina y Catania. Durante su etapa en la Reggina protagonizó una tángana con jugadores del Cagliari. Entre ellos estaba el uruguayo Abeijón, que días antes reveló que su hija sufría una grave enfermedad. En la trifulca Giacomo dijo al charrúa: "Vete a casa rápido a cuidar a tu hijita". Langella, compañero de Abeijón, noqueó a Giacomo, pero el episodio pasó a la historia del calcio porque un Comité actuó por primera vez de oficio, vídeo en mano, contra Giacomo Tedesco.
Giovanni y Giacomo. Dos formas de entender la lealtad a unos colores. Miembros de una estirpe, sangre de la misma sangre y mañana, enemigos. Sicilia arde, hay derbi.